QUE MALA ES LA ENVIDIA

Os voy a contar una historia un tanto graciosa, el otro día a la hora de comer, cogí el coche para irme al trabajo, y de repente, en medio de la m-30, me paso un precioso corvette, (perdon si se escribe de otra manera, porque nunca había visto ningún coche de esa marca, aunque si parecía un coche americano). El coche era muy bonito, vamos que en vez de fijarme en la M-30, que me convenía más, porque parece aquello el rally paris dakar, me fije en el coche, y como no en el tío bueno que iba dentro, pedazo chulo, llevaba gafas, y eso que hacía un frio de la leche, (si y más cosas que no voy a contar) pero bueno, presumir es lo que tiene, y esto de las modas, como bien comenta el Yañez, hay que sufrir para estar guapo (yo como he dejado esas cosas un poco de lado, así estoy dejada de la mano de Dios). Bueno sigo, pues bien salimos de la M-30, el corvette y yo, y en la glorieta de o'donnel, dirección calle Ibiza, seguiamos juntos (y yo pensando, me lo ligo seguro), pero con tan mala suerte que una furgoneta de ambulancia lo vió antes que yo, y le metió un pedazo mamporro que se lo comió enterito, el tio bueno (o chulazo según se mire) se bajo con una mala leche, y el conductor de la ambulancia, con una sonrisa de oreja a oreja, se dió la vuelta y me guiño un ojo. Anda que si la envidia fuera tiña cuantos tiñosos tendríamos, je,je,je!