EL BARÓN DE LA BIRRA

Ya lo dijo Dios: no sólo de pan vive el hombre, y sólo del buen comer no se goza, si gustas del buen beber, llámale, Barón de la Birra es su nombre.

Sus flamantes mallas ajustadas, lo dicen todo; este superhéroe no es como los demás. Si tuviese capa, no podría volar; si tuviese pelo, no usaría peine; si tuviese cinturón, no se le caerían las mallas cada dos por tres, y lo más importante, si no tuvíese cerveza, se volvería loco.
Como un adonis, recorre las calles con los calzoncillos fuera y a las gentes de boca seca da de beber, y no es casualidad que su barriga de tanto beber licor de cebada aparezca.
Los borrachos de los bares aclaman su nombre a gritos, y no hay muerto de sed a quien no haya saciado. Y es que la cerveza, toda ella tan mojada, toda ella tan dorada, es un bien muy preciado, eso sí, caliente no vale nada, caliente da asco, caliente parece meado de elefante.

Pero un mal día, las cosas se tuercen, aparece el Konde Kalimotxo rompiendo su cruel destino, buena bebida ésta de Coca-Cola y vino, en las fiestas se hace imprescindible su color rojizo, su sabor dulce, cualidades que hacen del Konde un ser rollizo.
El pobre Barón malancólico, está fatal, dicen las malas lenguas que sólo bebe agua mineral; el agua, ése es su verdadero enemigo, tan cristalina, tan inspida, ¡¡en el agua follan los peces!! Y así el Barón recapacita, hablará con el Konde de su peor enemigo, y así arreglará su destino.

Dos barrigas bien orondas se ven en el horizonte, y le hacen una visita al Señor Lanjarón, y con unos buenos kalimotxos y un par de litronas, resuelven la situación.
El Señor Lanjarón, abstemio de nacimiento se pasa al otro bando, y los tres muy contentos se marchan de botellón, el Konde, el Barón, y el que era un señor, que pasó a ser Don Canuto.

CHICOS/AS YA SABÉIS: Fumar, beber y disfrutad hasta hastaros, cuidad vuestra salud y cuidadito con el agua, porque en ella podéis ahogaros.